Ignoro si el jurado de » Masterchef « tiene hijos.
Tanto como si los tiene como si no, en realidad, » lo cortés no quita lo valiente «.
No sé porqué nos llevamos las manos a la cabeza, porque un grupo de personas juzgan el plato gastronómico de un chaval de 18 años, cuando es el fiel reflejo de lo que ocurre a pie de calle.
A veces anécdotas como ésta que ocurren en la sociedad, vienen a demostrar algo muy feo, que no tiene nada que ver con un león que come gambas, y que escondemos dentro de nosotros mismos.
Un día y otro… alguien filtra la noticia con foto incluida de Bunbury, Mauricio Colmenero o hasta Fido Dido muertos y se burla de ellos.
¿ De verdad crees que es posible tener control social cuando quienes lo dirigen piensan que león es a gamba lo mismo que perversión a sensación ?.
No te confundas. Una perversión televisiva solo puede ser regulada a través del miedo o de la culpa.
Quiero pensar que el ridículo suceso, pasará a la historia ( del programa ) como un desafortunado pasaje, que tenía que pasar sí o sí, como parte del guión.
Aunque solo sea por aquello de: » Show must go con «.
La creatividad también dignifica el oficio de » Chef «.
Es algo que hace grande al cocinero y cualquier valiente que se atreve a tomar riesgos, sean del tipo que sean.
Explotar un formato, el que sea, siempre tiene sus riesgos;
riesgos que profesionales de la talla de los de » Masterchef » deben aprender a asumir.
Porque cortando huevos es como se aprende a capar.
El trasfondo viene a decir que: » no todo vale « en la cocina, cuando en realidad, han conseguido invertir el mensaje hasta límites insospechados.
De leones y gambas… en la cercana Españistán.
¿ Quién dijo miedo ?.
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