Construir es una de las palabras más bellas que existen. Un verbo de » casta «, lleno de esperanza e ilusión.
Construir puentes de papel es fácil cuando tu deseo es construir.
Recorrer implica experiencia y ritmo para volver a descubrir viejos caminos… y vislumbrar nuevos retos.
Construir es fácil con los ojos cerrados… es al abrirlos cuando duele.
Duele el recorrido… duele la vida…
duele construir… construir duele.
Construir es mirar con nuevos ojos, ver lo que antes no viste, correr un » tupido velo «, y disfrutar del recorrido.
Construir es como respirar. Un acto casi automático que no conoce límites ni fronteras.
A veces la respiración se acelera e influye el ritmo de tu recorrido, pero has de saber,
que hay un » ritmo » para todo… y » todo » a su ritmo.
A veces la vida marca tus ritmos… pero tú eliges cuánto te marcan esos ritmos.
A veces la vida te limita el recorrido… pero el recorrido nunca limita tu vida.
A veces construir duele… pero siempre duele construir.
Para construir siempre es imprescindible recorrer…
y para recorrer es necesario haber corrido… arriesgado… amado… vivido.
A veces construyes en silencio… otras te cuesta construir.
Construyes siempre… siempre que decides construir.
¿ Y tú… cómo quieres construir ?.
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