Es impresionante observar a un niño de dos, tres, cuatro años… con el móvil, el pc o hasta el » parrot «, si me apuras.
Conocieron a Pou antes que yo, saben de todos los cuentos porque Youtube se los contó…
y manejan el iPhone con la destreza de Jobs y la técnica de Alonso, jaja.
En fin. Que sus chacras se alinean a la velocidad que carga tu batería, y sin darte cuenta te organizan la vida, a golpe de click.
La verdad es que muchas veces, trato de imaginar cómo es un día de clase, en la vida de estos » locos bajitos «, y he de reconocer que me » asusta «, más incluso que » la cola del hambre «.
Porque si la nuestra es una sociedad dependiente, lo que viene detrás… no lo tiene mejor.
Al final, aquella » picaresca « que antaño se dejaba entrever con » El lazarillo de Tormes «, vuelve a renacer con más fuerza que nunca, en un país en el que triunfan no los más preparados… sino los que » menos huellas dejan «.
Así que… si un día descubres que tienes una cuenta de Twitter con cientos de seguidores que te son ajenos, ¡ don’ t worry !.
Es tu » peque «, que ha decidido cual Miss agente especial…
poner algo de » emoción « en tu vida.
Lo que está claro es que » los secretos «, con la era digital han pasado a la historia ( reciente )…
porque ahora lo que se lleva es compartir, » colgar «… y generar estados.
Sin » pensar « demasiado en la repercusión o en las consecuencias que se puedan generar.
Y tú, ¿ qué » insertas » en tu cerebro ?.
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