Las expectativas son como el » bicho » de Kafka.
Construcciones individuales de cada uno, muy activas todo el tiempo, cuyo objetivo consiste en encaminar a la atención hacia afuera… a la espera de que algo ocurra.
Desde un rol totalmente pasivo, como quien ve llover desde el alféizar de su ventana.
Van cambiando como el discurso político de X o Y, llegando incluso a desplazar la percepción interna de la realidad.
La fuerza de la expectativa se alimenta por dos fuentes principalmente:
– Creencias: de ahí nacen las religiones con el objetivo de uniformar tu percepción, desplazando otras, y trasladando a cada uno hacia un extremo u otro.
Vienen a decirme que lo más importante es lo que yo veo, siento, a nivel individual… siendo eso más importante que la vida misma ( tal y como es ).
– Otras fuentes: carencias, miedos, herida de abandono, emocionalidad no sentida…
todas ellas alimentan y dan fuerza a las expectativas.
Cuando estas no se cumplen… traen aparejada la decepción.
Por ejemplo
Que ganara Belén Esteban ciertos realitys. Y es ahí cuando tratamos por todos los medios de culpar a otros, jaja.
Ha habido tongo, se han equivocado, patatín patatán.
Al fin y al cabo las expectativas no dejan de ser meras proyecciones, que cuando más se alinean con la realidad nos alejan del estrés y cuanto más se » alejan «… más nos decepcionan y frustran.
La idea es detectar cuáles son y sobre todo, cómo se articulan, qué los alimenta…
la ansiedad, la cultura social, Perico el de los palotes… en fin.
En marketing jugamos mucho con las expectativas de las personas y luego llegan las SORPRESAS.
Por eso, ésta marketiniana prefiere atacar a las necesidades y no » crear falsas expectativas «.
¿ Me sigues ?.
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El problema que veo yo es que el marketing nace en sí para generar necesidades artificiales. Surge cuando los productos ya no se venden por la utilidad sino por la belleza o diseño. Lo q pasa es q en general hoy todos pensamos un poco así… Por ejemplo la industria de la moda es un reflejo.
Muy interesantes tus reflexiones.
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Gracias por tu aportación 😉
Pero las necesidades están ahí ya, aunque sea de forma latente…
si no lo que haríamos es engañar al consumidor y eso siempre tiene un precio demasiado alto.
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