Cuando suena la flauta

Mis raíles se activan en clave de sol; mis anclajes suspiran invadidos por una bella pausa sostenida,
cuando suena la flauta.

Neuronas espejo que corren fuera de control para fundirse en mi memoria de largo… y regalarme tu ilusión,
cuando suena la flauta.

Tu recuerdo permanece como una ligera sensación, que envuelve mi alma al recordar aquella corta conversación,
cuando suena la flauta.

Te hablaba desde la inocencia, sin percatarme de tu dolor;
al ver que tu mirada ansiosa vigilaba cada esquina, llena de dolor,
cuando suena la flauta.

Solo quería ayudarte, te di mi número y hasta mi interior,
sin imaginar que solo un desalmado estuviera al acecho
cuando suena la flauta.

Te dije que volvería mañana… prometí ayudarte porque si… sin reparar en el camino… que alguien decidiría por ti…
cuando suena la flauta.

Después supe cómo funciona.
Todo lo que se esconde detrás.
Supe que no estarías en aquella esquina;
ni siquiera en la ciudad,
cuando suena la flauta.

Solo me quedaba confiar, en que no se habría dado cuenta; en que te volvería a encontrar,
cuando suena la flauta.

Sólo al volver a la misma hora, en el mismo lugar y encontrar tu hueco vacío… entendí que nunca más te volvería a encontrar,
cuando suena la flauta.

Desde entonces mi » radar » detecta a tus verdugos, y trata de no sentir… aunque le resulta imposible no dibujar tu rostro,
cuando suena la flauta.

Al cabo de un tiempo,
al pasar por allí…
volví a verte entre el gentío,
calmado y seguro de ti,
cuando suena la flauta.

Ahora sé que lejos mejor que cerca,
que hay otras maneras de ayudar;
sin ponernos en peligro…
desde la clandestinidad,
cuando suena la flauta.

El brillo de tus ojos
la ternura que regalabas sin cesar;
se grabaron en mi retina
como el arte que domina la calle,
cuando suena la flauta.

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