Veo, veo. ¿ Qué ves ?. Un espejo cóncavo y convexo a la vez.
Hecho a mano, artesanal. Con los errores típicos de la marquetería amateur pulida en la más tierna infancia.
Lleno de matices imperfectos pero muy personales. Un espejo ardiente, lleno de pequeños trozos… un espejo humano… un espejo al fin y al cabo.
Un espejo que a simple vista, deja entrever las carencias propias de quien nunca entendió la irracionalidad de los mayores; un espejo curtido a base de invasiones.
Un espejo vivo; un espejo muerto… un espejo rígido… un espejo moldeado, a través de mil y un golpes que torcieron su percepción.
Un espejo pequeño, en ocasiones diminuto, que cabiendo en el bolsillo aun sobra demasiado espacio.
Espacios largos… espacios callados… espacios siempre presentes… deseando aclarar las huellas del pasado.
El espejo siempre en continuo movimiento, nunca deja de sorprender.
Porque cada vez que te atreves a mirarlo, te muestra algo nuevo que antes no podías ver.
Un espejo transparente, un espejo entrenado a lamer lágrimas que derramas en el presente; a esconder los pesares del pasado.
Un espejo condicionado por mil y una » batallitas » pero no un espejo determinado.
Porque mientras exista una pequeña posibilidad de acogerlo entre tus brazos, nunca necesitarás dejar de usarlo.
Un espejo sencillo… un espejo noble… en ocasiones, complicado.
El espejo que da forma a tus besos; el espejo que te hace reaccionar.
El espejo que te enseña los claro-oscuros, aunque a veces te niegues a aceptar.
El espejo es tu reflejo… y hasta tu religión.
Es tu mejor aliado… y tu perdición.
Tu Norte y tu Sur.
Tu Verdad, tu duelo y hasta tu ilusión.
El espejo te muestra quién eres,
tu alma y hasta tu niño interior.
Mirar hacia otro lado, no calmará tu dolor.
Solo haciendo una de todas tus divisiones te permitirá comprender y ser mejor.
No mejor que nadie; mejor que ayer y que hoy.
Mejor el espejo de frente, mejor sin filtros, mejor aprender a mirar que ignorar.
Mejor tomar distancia de todo el que manipule ése espejo… mejor alejarse de quien sabiendo de la verdad decide permanecer en silencio, percibiendo lo que pasa… sin actuar jamás.
El espejo no distorsiona los golpes de antaño;
el espejo no se ceba con el más débil,
ya sea el mayor o menor;
el espejo solo muestra lo que hay
sin conveniencias ni alianzas externas.
Sin corto circuitos, sin temor.
Tu espejo primero lo moldea tu familia
después empiezas a comprenderlo tú;
pero si las estrategias que aprendiste se forjaron a base de carencias e invasiones,
entonces el trabajo se multiplica para ti.
El espejo es tu Dios y tu credo
tu alfa y tu omega;
tu cielo y tu infierno
tu alma y tu honor.
No dejes que nadie manipule su esencia.
No dejes que nadie rompa tu niño interior;
y cuando te toque juntar los trozos
no permitas que continúen invadiendo tu honor.
Porque el espejo es todo cuanto tienes,
no asumas como cierta ninguna percepción
de quien miró hacia otro lado antaño;
de quien continúa desviando la mirada hoy.
Publicado desde WordPress para Android