Mirando al espejo de frente
sin prejuicios; sin reservas
desnuda ante una realidad que duele
escuece, pero también enseña.
A cuestionar verdades que parecen absolutas,
a desterrar cosas viejas para tiempos nuevos;
A dudar de una educación
para la que no me pidieron permiso.
Me enseñaron a masticar manzanas
pero no a hacer la digestión.
Me educaron para tragar trozos grandes
en una boca pequeña.
A escoger manzanas
aunque estuvieran podridas
y a someterme a su voluntad.
A digerir en silencio,
la amargura de un fruto
que nunca debió llegar.
Hoy, mirando al espejo de frente
sin prejuicios ni reservas;
desnuda ante una realidad que duele
consciente de que algo debe cambiar.
Me esfuerzo por levantar la mirada
y admirar esa manzana
desde la libertad.
Sabiendo que no es perfecta
y que nunca lo será.
Amando cada una de sus formas
desde la responsabilidad.
Sin pedir permisos que me son ajenos, sin sentimientos de culpabilidad.
Orgullosa de seguir viva
tras un sinfín de mordiscos
que no consiguieron verme rodar.
Hoy, mirando al espejo de frente
sin prejuicios ni reservas,
desnuda ante una realidad que duele.
Consciente de que algo debe cambiar.
Empezando por mi, por ti
nuestra educación;
trasladándola al resto de la sociedad.
Para ser capaces de enfrentar el espejo
sin temor al » qué dirán «.
Y esbozar una leve sonrisa
sincera, de las de verdad.
Porque hay muchas manzanas
pero ninguna es igual.
Porque todas tienen el mismo derecho
a brillar con la misma intensidad.
Imagen de Gold Art.
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WOW! Totalmente de acuerdo. Con el tiempo debemos aprender lo que realmente es bueno para nosotros, no lo que nos impusieron.
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Así es Clara… con el tiempo.
Un abrazo!!!
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