» Es más duro que una piedra «, o » la vida le ha enseñado «… son mantras que escucho repetir una y otra vez, sin remedio.
Como ése cliente militar de profesión, serio de vocación, que conoces desde tu primer puesto de trabajo ( de adolescente ), y te propones sacarle una sonrisa, aunque sea de medio lado, casi como algo personal.
Dime cuán duro eres y te diré que tu ternura es proporcional.
Sí, aunque la negación sea tu mecanismo de defensa preferido.
Aunque tú seas un hombre de los que » no lloran jamás «.
¿ Sabes qué ?. No dudo que la vida haya endurecido tus huesos casi tanto como el caparazón de ese pequeño caracol, que se esconde cual erizo improvisado.
No cuestiono tus motivos para entrenar ésa mirada furtiva, digna de algún grande en temporada de caza.
Mas bien trato de penetrar en tu interior con la inocencia de Steve Hurkel, para tratar de arrancarte una diminuta sonrisa.
Ya sé que eres duro de pelar. Que tu formación y profesionalidad exigen un carácter infranqueable.
Te diré que todo eso está muy bien pero » tararí que te ví «.
No he conocido piedra más bella que aquella que se halla curtida por mil y un golpes y tempestades.
Cada mella es como la huella de una realidad herida, en mil y una batallas que has ido ganando… sin cesar.
La ternura no te hace más débil.
Ni siquiera te hace menos profesional.
Solo es la piedra angular sobre la que se erige tu grandeza… la que protege tu dignidad
Porque quien en tiempos oscuros se deja moldear del entorno hostil y lanza en catapulta a su ternura interior, ciertamente habrá endurecido sus huesos, su mente… y hasta su corazón.
Pero quien consigue, a duras penas, mantener un pequeño recoveco, ahí adentro, en el pecho…
donde la ternura guíe a la razón, no sólo habrás conseguido ser duro como una roca, y aprender de las experiencias, sino que además, habrás logrado algo mucho mas importante: equilibrar tu mundo interior.
Tú decides. ¿ Coleccionar emociones aprendidas o dejar que broten ( con medida )?.
Publicado desde WordPress para Android