El arte de aprender un oficio

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¿ Dónde ha quedado » el arte de aprender un oficio » ?.
Hace poco estuve en Toledo. Era una excursión que tenía pendiente desde la adolescencia.
Desde que en » cultura clásica «, una apasionada del arte nos transmitía con todo el cariño, las maravillas que allí se » esconden «.

Pero había una cuestión aún más poderosa que me inclinaba a visitar tan bella ciudad, casi desde tiempos inmemoriales… jaja ( no tanto ).

El hecho de haber trabajado tanto tiempo con los productos que allí se forjan, me despertaba cada vez más » el gusanillo «.

Sea como fuere, se convirtió durante algún tiempo, en la » asignatura pendiente «.

Quizás mis expectativas eran demasiado altas; quizás la ilusión y la larga espera, hicieron mella en mi. El caso es que la visita me decepcionó bastante.

Empezando por la empresa » de mis sueños «; ésa que siempre quise conocer por la minuciosidad en los detalles de todos sus productos; desde el más pequeño hasta la armadura más grande.

La verdad es que me encontré frente a una enseña totalmente extraña, ajena a todo cuanto recordaba de ella. Nada era lo mismo.

Por un momento… pensé que habría sido mejor para ( mi niña interior ) y qué leches… hasta para la adulta, haber permanecido con aquél recuerdo virgen de antaño, lleno de matices y sofisticación.

Si bien es verdad que algunos comercios mantenían vivo el espíritu de otra época, la mayoría destacaba por otros aspectos.

Y es que hay veces que » no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos «.

Como marketiniana de » pro «, el producto toledano, es probablemente, mi » producto fetiche «.
Cuenta con todos los requisitos para ser excelente, pero no es la impresión que percibí.

Ya, ya sé que vivimos dominados por la » Ley de la oferta y la demanda «, de eso no me quepa la menor duda; pero hay maneras y maneras de gestionar, sobre todo, de optimizar un producto.

Quizás » el arte de aprender un oficio » tan denostado en nuestros días, sea la clave de la excelencia empresarial.

En un mercado dominado por la saturación, el » detalle » se convierte en la ventaja competitiva.

Y es que nadie como » tu abuelo « para enseñarte a usar el corazón, al mismo tiempo que la cabeza «.

Hoy todo es industrial, estándar y hasta » estrafalario «.
Pero cuando se trata de trabajos creativos, exclusivos donde el objetivo es la » diferenciación «, nadie como uno de los tuyos para amueblarte la cabeza.

» A veces más vale pájaro en mano que cientos volando «.

Tú decides. ¿ Aprender un » oficio » o sólo » jugar » con el beneficio ?.

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Imagen de Albin Veselka.

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