¿ Qué le regalo ?. Es el eterno run-run que a todos nos ha invadido el cerebro en alguna ocasión y cual mosca cojonera, se apodera de nosotros, aumentando los niveles de ansiedad a máximos históricos y reduciendo la capacidad crítica, a mínimos inconfesables.
Nuestro siempre impredecible radar nos ahuyenta a todo gas, de cualquier posibilidad de recurrir a los resueltos perfumes, como opción más convencional, y nos coloca en el disparadero de la » locura creativa «; de la originalidad. Menudo palabro.
Porque hay que ser original. Jaja, ya lo decía mi padre.
Nosotros que nos ponemos mil y una máscaras con tal de encajar, para sentirnos aceptados y algo queridos.
Nosotros que nos sentimos en la obligación de cumplir con las expectativas más absurdas.
Los que preferimos cumplir con nuestro » rol «, aunque eso signifique traicionarnos a nosotros mismos, antes de quebrar el convencionalismo social.
Entonces……
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